Violencia doméstica post-separación

Contrariamente a lo que uno podría esperar, la ruptura no siempre es una garantía de seguridad para las víctimas de violencia doméstica, al menos a corto plazo.

En efecto, la violencia puede transformarse en violencia post-separación y seguir teniendo consecuencias muy importantes en la vida de las víctimas y de sus hijos.

Esto se manifiesta en el momento en que la mujer toma la decisión de acabar con la relación y empieza un proceso de reorganización de vida y de recuperación del poder. Este período se define por estrategias de dominación y control del ex cónyuge que se transforman, se multiplican y perduran, esto expone a la mujer y a sus hijos a un mayor riesgo de ataque a su seguridad (psicológica y física) que puede llegar hasta el homicidio.

La violencia post-separación puede tener diferentes objetivos:

  • Convencer a la víctima para que regrese, continuar con el control;
  • Impedir que la víctima haga valer sus derechos;
  • Vengarse de lo que se percibe como una última provocación;
  • O simplemente tener la última palabra.

Esto puede traducirse en:

Manipulación y amenazas para recuperar a la víctima

  • Intentar manipular a la víctima mostrándose con su mejor actitud, expresando amor, tristeza y remordimiento;
  • Iniciar un proceso terapéutico sin la intención real de cambiar;
  • Chantaje y amenazas (pedir la custodia de los niños, abandonar a los niños, cortar los víveres, desaparecer, suicidarse, etc.);
  • Manipular a los niños o a sus familiares para que militen en su favor.

Acoso y vigilancia

  • Vigilar las idas y vueltas de la víctima y de los niños;
  • Contactar a la víctima continuamente o presentarse repetidamente;
  • Contactar a la familia y amigos de la mujer para obtener información sobre ella;
  • Preguntarles a los niños sobre la nueva vida de su madre.

Violencia a través de los procesos judiciales

  • Multiplicar o prolongar indebidamente los procedimientos relacionados con la separación;
  • Hacer acusaciones falsas (de violencia, alienación parental, etc.);
  • No cumplir con las órdenes de no contacto;
  • Manipular, acosar o intimidar a los intervinientes;
  • Demandar por difamación a la víctima;
  • Presentar demandas reiteradas contra los intervinientes implicados en el expediente.

Violencia económica y empobrecimiento voluntario

  • Retener la pensión alimenticia por motivos irrazonables;
  • Intentar procedimientos legales innecesarios para cobrar los honorarios de los abogados de la víctima;
  • Impugnar o negarse a pagar su parte de los costos comunes;

Control mediante el rol parental

  • Exigir informes o fotos de los niños más allá de lo razonable;
  • Imponer estrategias educativas mientras el niño no está bajo su cuidado;
  • Cuestionar las habilidades parentales de la víctima;
  • Ocultar información relativa al niño;
  • Manipular o alienar al niño contra la víctima;
  • No devolver al niño en el momento previsto;
  • Imponer su presencia en el tiempo de custodia de la víctima.

Crecimiento de la violencia física

  • En un contexto de violencia doméstica, la ruptura puede aumentar el riesgo de lesiones graves o muerte para la víctima y sus hijos.

Fuente: Alianza de Casas de Acogida de 2ª Etapa, https://www.alliancemh2.org

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